¿Qué ventajas tiene el euro?
El euro tiene muchas ventajas para los particulares, las empresas y las economías de los países que lo utilizan, a saber:
- la facilidad con la que se pueden comparar los precios entre países, lo que impulsa la competencia entre empresas, beneficiando así a los consumidores
- la estabilidad de los precios
- la mayor facilidad, ahorro y seguridad que supone para las empresas comprar y vender en la zona del euro y entablar relaciones comerciales con el resto del mundo
- mayor estabilidad y crecimiento económicos
- unos mercados financieros mejor integrados y, por tanto, más eficientes
- mayor influencia en la economía mundial
- un signo tangible de la identidad europea
Muchas de estas ventajas están interrelacionadas. Por ejemplo, la estabilidad económica es buena para la economía de un país miembro, ya que permite al Gobierno planificar de cara al futuro. Pero la estabilidad económica también beneficia a las empresas al reducir la incertidumbre y fomentar la inversión. Ello, a su vez, redunda en beneficio del público, en forma de un mayor volumen de empleo y unos puestos de trabajo de más calidad.
¿Cómo surgen estas ventajas?
El euro ha eliminado los costes de las fluctuaciones de los tipos de cambio dentro de la zona del euro. Esto protege a los consumidores y a las empresas de la zona del euro de las costosas oscilaciones de los mercados monetarios, que, en algunos países, solían socavar la confianza, desalentar la inversión y provocar inestabilidad económica. Antes del euro, la necesidad de realizar operaciones de cambio de moneda implicaba riesgos y costes adicionales y una falta de transparencia en las transacciones entre países. El uso de una moneda única hace que la actividad empresarial y la inversión en la zona del euro sean más fáciles y baratas y menos arriesgadas.
Al facilitar la comparación de precios, el euro fomenta el comercio y la inversión de todo tipo entre países. También ayuda a los consumidores y a las empresas a garantizar los mejores precios.
Ventajas a escala mundial
La escala de la moneda única y el tamaño de la zona del euro también brindan nuevas oportunidades a la economía mundial. Una moneda única hace de la zona del euro una región más atractiva para hacer negocios a ojos de los operadores económicos de terceros países, fomentando así el comercio y la inversión.
La gestión económica prudente convierte al euro en una atractiva moneda de reserva para terceros países y confiere a la zona del euro un mayor peso en la economía mundial. El euro es la segunda moneda de reserva más popular del mundo.
La estabilidad del euro también hace que empresas de todo el mundo que tienen relaciones comerciales con Europa acepten los precios expresados en euros. Esto supone que las empresas europeas se ahorren los costes asociados a las variaciones de los tipos de cambio y el coste de la conversión del euro en otras monedas. El euro es la moneda elegida para casi el 40 % de los pagos transfronterizos mundiales y para casi la mitad de las exportaciones de la UE a todo el mundo.
La escala y la gestión prudente también proporcionan estabilidad económica a la zona del euro, haciéndola más resistente a las perturbaciones económicas externas, es decir, a los cambios económicos repentinos que puedan producirse fuera de la zona del euro y alterar las economías nacionales, como las subidas del precio del petróleo a nivel mundial o las turbulencias en los mercados de divisas. El tamaño y la fortaleza de la zona del euro le confieren más capacidad para absorber este tipo de perturbaciones externas sin sufrir pérdidas de empleo o reducciones del crecimiento.
Cosechar los beneficios
En primer lugar, la economía de la zona del euro se beneficia de una gestión prudente. Las normas económicas y presupuestarias de la UE, incluido el Pacto de Estabilidad y Crecimiento, un componente central de la unión económica y monetaria, promueven la estabilidad y el crecimiento económicos. En segundo lugar, el euro es el mecanismo clave para maximizar los beneficios del mercado único, la política comercial y la cooperación política. Como tal, forma parte integrante de las estructuras económicas, sociales y políticas de la actual Unión Europea.