Desde el 4 de noviembre de 2014 la supervisión de las entidades de crédito españolas y del resto de países de la Eurozona se encuentra a cargo del Mecanismo Único de Supervisión, un sistema dirigido por el Banco Central Europeo y en el que participan las autoridades supervisoras nacionales, como el Banco de España.
El modelo de supervisión se basa en cuatro elementos:
- Una regulación efectiva y prudente, con normas de acceso y ejercicio de la actividad.
- Una supervisión continuada de las entidades, con recepción y análisis de información periódica e inspecciones in situ.
- Medidas de carácter corrector: requerimientos y recomendaciones, planes de saneamiento; intervención o sustitución de administradores.
- Un régimen disciplinario y sancionador que puede afectar tanto a las entidades como a sus administradores.